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jueves, 27 de marzo de 2014

Lecciones de Vida



Una de las grandes lecciones que la vida me ha enseñado desde mi niñez hasta hoy, es que nunca debemos confiar en nadie, cualquier persona con la que tengamos algún tipo de convivencia es en realidad un enemigo potencial, muy conocida es aquella historia del padre que desea enseñar a su hijo una lección sobre la desconfianza, así que le pide que se suba a un árbol, una vez que el niño está en una rama de mediana altura, el padre le pide que salte a sus brazos, el pequeño es temeroso, teme fallar en sus cálculos y no saltar lo suficientemente fuerte, teme que el viento pueda desviar su curso y no vaya a caer sobre los brazos de su progenitor, sin embargo al ver la brillante sonrisa de su papá mientras lo espera abajo con los brazos extendidos aquel infante piensa - “que puede salir mal, mi papá está allí para recibirme” – así que el niño salta, con plena confianza en aquel que le dio la vida, salta y mientras viaja por los aires, se siente que puede volar por sobre la cima del mundo, dirige su vista hacia su padre mientras viaja en dirección a él y ve como este en un movimiento al estilo del señor Miyagi se aparta de su trayectoria, un golpe sordo se produce cuando el niño entra en contacto con el suelo, se voltea con una enorme expresión de “¿Por qué? En su adolorido rostro, el padre lanza una mirada de desaprobación y le dice: “¿Cuantas veces te lo he dicho? ¡Nunca confíes en nadie!
Probablemente alguien considerara esto una crueldad contra el infante, pero de una cosa estoy seguro, ¡Si Brainless Morrotostado hubiera tenido un padre así, otra historia contaría sobre este chico, mientras lo observo, sentado, completamente ensimismado en aquel pequeño aparato cuadrado, negro por un lado y fucsia por el otro, a veces pienso que ya para él, ni el manicomio sería suficiente, permanece allí aplastado en una silla, me recuerda a los sapos que pasan horas inmóviles sobre una hoja de lirio en algún estanque, sin embargo aquel anfibio permanece siempre con su barbilla en alto, nunca con la cabeza agachada, jamás cabizbajo, a diferencia de aquel que al verlo siento como si estuviera siendo hipnotizado por un aparato retro iluminado de colores nada masculinos, con esto me doy cuenta que aquella criatura verde y despreciada por quienes no comprenden que su belleza es demasiado abstracta para poder ser apreciada por ojos físicos, es mucho más cercana a ser mi amigo, que aquel otro que se pasa las horas en un estado inerte como si fuese un tardígrado en estado de animación suspendida.
En realidad, si tuviera que poner mi vida en riesgo, y mi salvación tuviera que depender de alguno de los dos, estoy seguro que aquel que ha pasado su vida en el fangoso estanque, alimentándose de moscas y desechos corporales, (y esto porque los he visto alimentándose de eso), tendría más sentido común y una moral mucho mayor, que aquel otro que paso su niñez entera dejando que su formación intelectual dependiera de un dinosaurio morado de dudosa inclinación sexual, cuatro seres que parecían ocupar un cambio de pañal constantemente condenados a llevar un televisor en la panza, y más tardíamente por una niña rebelde que prefiere vagar por lugares bizarros acompañada de un mono calzado con botas, que ir a la escuela y ayudar a sus padres en casa como todo niño normal
Analizando estos asuntos me encontraba aquel caluroso día de verano, para variar, nuevamente estábamos sin energía eléctrica, uno de los grandes placeres de vivir en la nación de mi nacimiento es que cada cierto tiempo, el gobierno decide que para combatir la obesidad que abate al pueblo, es necesario  que cada uno tenga su propio sauna en casa, especialmente en los meses de abril y mayo, así que como a eso de las diez de la mañana en adelante, cortan la energía, asegurándose también que quienes tienen estufas eléctricas en sus casas, puedan ayunar con toda tranquilidad.
En fin, soy un ermitaño que además practica fielmente la misantropía, así que no me interesa el hambre del pueblo ni las altas temperaturas que tengan que sufrir, sonrío, sé que no pensaría así si tuviera que trabajar en una maquila canadiense de noche y no poder dormir durante el día debido al calor insoportable, pero ese no es mi caso, así que mis condolencias a los que lo sufran, pero yo he escogido una vida más dura, atrapado en la jungla oficinistica, tratando de que aquel sujeto que parece haberse fusionado con la silla bajo sus nalgas y con el celular en sus dedos, pueda salir de aquí siendo un poco más humano, o al menos que haya perdido el temor a desempacar aquel objeto virgen que tenía sobre el cuello y que no había tenido otro uso más que para exhibir gorras y sombreros.
A mi mente viene la historia del padre que daba a su hijo una lección sobre desconfianza, una lección de vida, sobre el mundo y la maldad que debe esperar encontrar en su viaje del vivir, dirijo la mirada hacia aquel individuo de pensamiento ausente, un sentimiento paternal brota de mi interior, siento lastima por él, por lo que le espera en la vida, la mayor parte de la fauna se ha retirado a sus casas, pues sin energía no pueden hacer sus actividades diarias, en cuanto a mí, mi deber es permanecer allí por si alguien llega a solicitar información o algo de la empresa, empiezo a aburrirme, así que decido aprovechar este momento a solas para darle una lección cual padre a su hijo de otra especie, hice un gesto con mi cabeza y el empezó a seguirme, nos dirigimos al plantel donde estaba almacenada la materia prima, era casi del tamaño de un campo de futbol pero el suelo no tenía grama, sino grava, nos dirigimos a uno de los montacargas, el me miraba como queriendo preguntarme que hacíamos allí, le pregunte:

-“Hijo, ¿tenés calor?

Me miró fijamente como tratando de descifrar lo que le había dicho.

-“Cuando era niño mi padre me enseño que no se debe confiar en nadie, que todos son enemigos en potencia, y que de nadie debes esperar algo bueno, pero vos me caes bien, veníte conmigo, sabes que entre más alto este uno, más fresco es el aire que sopla, ¿querés probar?

-“¿Cómo compita?”

-“Sentáte en las aspas del montacargas yo te voy a subir para que te refresques un rato.

De inmediato él se sentó sobre una de las aspas mientras una sonrisa desorbitada que era un reflejo de su sobrada irracionalidad se dibujaba en su rostro, y mientras él se agarraba con fuerza del metal del montacargas yo accione la palanca para elevarlo más alto que cualquier hierba que hubiera fumado alguna vez, cuando estaba a una altura que rondaba los cinco metros, apagué el aparato, metí la llave en mi bolsillo me pare frente a él y le dije:

-“¿Qué tal el clima por allá viejo?

-“Tenía razón compita sopla buena brisa”

-“Excelente me alegra que te guste, ya vuelvo quédate ahí refrescándote, mientras yo voy a ir a almorzar que ya casi son las doce”

-“No compita no se vaya primero bájeme de aquí”

-“Lo siento pero se va a llenar la glorieta y no quiero esperar llevo prisa, agárrese bien, y se me olvido decirle que se pusiera la gorra y el sol esta fuerte, ahí disculpe”

-“Compita déjese de bromas conmigo que se me sube el indio” dijo con un tono agitado y molesto

-“No viejo, si el indio ya lo subí yo con el montacargas”

No sé si el pobre habrá aprendido la lección que cariñosamente le estaba enseñando, pero al menos las risas no faltaron, no cuando regresaron algunos por la tarde y se lo encontraron allí sentado, en las alturas como gobernando el mundo, o más bien  jugando a las pistas de Blue creo yo por la forma como ponía sus manos abiertas por sobre sus cejas mientras gritaba toda clase de cosas ininteligibles.
A veces me pregunto si haberle pedido que saltara a mis brazos hubiera sido de alguna forma una mejor manera de ayudarle a que aquella leccion quedara grabada en su mente vacia de forma indeleble, pienso tambien si lo que hice habrá estado bien o mal, pero no recuerdo nunca haberme divertido tanto, ni haber sentido una paz interior tan intensa y duradera, además me siento tranquilo pues lo hice con la mejor de las intenciones, poder enseñarle a este inexperto joven, una de las lecciones más importantes que yo había aprendido en mi vida, una lección que nunca olvidara y lo protegerá el resto de sus días.  

martes, 25 de marzo de 2014

Fauna laboral V Especies parasitarias

No cabe duda que uno de los seres que más ha desconcertado a la ciencia, es el hombre, no solo por sus costumbres y comportamientos, sino también por sus facultades, habilidades y capacidades. Hoy quiero centrarme en una de estas capacidades, esta es sin lugar a dudas aquella en la que más se ha especializado el ser humano, ¿A qué nos referimos? Básicamente a la capacidad de caer mal.
Que especialista es la raza humana en este duro arte de ser un fastidio a sus semejantes, esto lo sé pues diariamente estoy rodeado de seres “Cae Mal”, no importa si estoy en la oficina, en el vecindario o a punto de saltar por un precipicio, nunca falta alguien que con su sola presencia arruine la amarga soledad de la que queremos disfrutar.
Ya van dos semanas desde la llegada de Brainless Morrotostado a la selva oficinistica y puedo decir sin dudarlo que este ya tiene una maestría en la difícil tarea de caer mal, sobre todo en las mañanas cuando me dispongo a tomar mis sagrados alimentos y este tipo me queda viendo sin parpadear un segundo, mientras pone su mejor cara del chavo del ocho, deseando una torta de jamón, por lo general nunca me detengo mucho a saborear una comida, es  casi una regla para mí que los alimentos deben ser engullidos usando los bocados más grandes que sea posible tragar, esta es una habilidad que únicamente adquieren aquellos que se han criado con tres o más hermanos, todos varones y todos tragones, los cuales son más parecidos a las hienas, que esperan a que un leopardo inocente cace su antílope para entonces ellas abalanzarse sobre él, y quitarle lo que con tanta garra ha conseguido.
Tomando esto en cuenta y al ver que este ser cual verruga cancerígena empieza a jugar al yoyo con su saliva mientras me ve alimentarme, decido que es momento de hacer a un lado viejas tradiciones y empiezo a comer mi emparedado con tanto disfrute que ni recostado sobre una nube tocando el arpa, vestido con toga blanca y comiendo un racimo de uvas podría causar más envidia, a veces cruzo una mirada con el mientras muerdo lentamente aquella delicia que me he preparado con la intención de consentirme a mí mismo como suelo hacer un día después de recibir el salario de la quincena, veo como sus ojos casi se salen de sus cuencas mientras se dibujan líneas rojas alrededor de sus iris.
Así se mantiene la escena hasta que finalmente acabo mi desayuno, este día debo ir a la tienda de repuestos a traer todos los accesorios necesarios para el vehículo de la empresa, siempre me ha gustado hacer este tipo de viajes solo para poder disfrutar de algo de paz y tranquilidad, sin embargo, dejar a Brainless Morrotostado solo en mi oficina es tan peligroso como dejar a un tacuazín hambriento al cuidado de un gallinero, así que hago un gesto con la cabeza y él se levanta de su piscina personal de saliva, se sacude cual mejor amigo del hombre, y se viene detrás de mí tarareando algo que prefiero no recordar, en este momento pienso que estamos parodiando a Shrek y el joven allí detrás representa el papel del burro, y esto lo logra tanto literal como metafóricamente, de modo que allá vamos, dos amigos en busca de una gran aventura, subimos al vehículo de la empresa, acciono el encendido y empieza a hacer un sonido casi jurásico, al principio es difícil acostumbrarse a un automóvil como este, ya que tiembla más que la tierra durante la separación de pangea, pero luego de un rato nos vamos adaptando a la vibraciones, emprendemos la marcha hacia la tienda de repuestos que es una selva más peligrosa que la del amazonas, con criaturas de inimaginable fealdad y agresividad sin par, eh escuchado que deambular en estas zonas es como cuando Arnold Schwarzenegger se enfrentó al depredador.
Aun así no muestro temor alguno, soy como los hombres del desierto, no hablo mucho para que no se me llene la boca de arena, y sobre todo no siento miedo de nada. Mientras medito en mi gran parecido con alguno de los cuarenta ladrones del cuento de Alí Babá, observo de reojo a mi acompañante, la escena me parece familiar, lleva la cabeza por fuera de la ventana disfrutando del aire, saboreándolo con la lengua. 

Sigo en lo mío, regreso a mi meditación, hasta que finalmente llegamos a aquel lugar de aspecto imponente, como una gran fortaleza, puertas grandes de cristal,por ellas entran y salen toda clase de criaturas desconocidas, la vista es sorprendente, ipso-facto saco mi cámara y empiezo a fotografiar la fauna de aquel lugar, sin embargo no pierdo mi objetivo de vista, vengo a descubrir a la criatura con la que antes me comunique por teléfono, así que me acerco al portal de entrada y como por arte de magia, aquellas se abren sin que ponga yo un dedo encima, una ráfaga de viento frio me envuelve quizás para eliminar los gérmenes que pueda traer adheridos, veo rápidamente a mi acompañante, y me doy cuenta que no era suficiente insecticida en el ambiente, sigue vivo, suspiro y sigo caminando, entonces un ser que me recuerda al Trabajadorus Compulsivus Incansabilis, se acerca a mí para solicitar una razón de mi presencia en su selva, así que paso a presentarme y le indico que pertenezco a la jungla laboral Importaciones y Exportaciones Analfabetas, el busca en lo que parece un artefacto mágico cuadrado muy similar a una computadora, y me dice que pase hasta la ventanilla cero, que ya he hablado con esta dependienta y es con ella con quien debo tratar mis negocios, froto mis manos al ver que todo marcha sobre ruedas y finalmente podré ver aquella criatura en persona.
Dirijo mis pasos en la dirección antes indicada mientras mi mano sujeta con cierta firmeza la oreja de Brainless y doy un tirón seco de ella al ver que juguetea con la humedad que sus fosas nasales producen en los vidrios de unos exhibidores, escucho un quejido muy expresivo del dolor que debe sentir, sin embargo no le doy importancia y continuo avanzando para enfrentarme con aquella extraña y monstruosa criatura, hago contacto visual con ella, y este me resulta más amargo que morder una semilla de limón en la ensalada, sin embargo no soy fácil de intimidar, continuo acercándome esta vez lanzando una mirada desafiante y le digo:

-“Buen día señorita, soy el joven que se comunicó con usted la semana anterior y quería llevar las piezas que había cotizado.”   

-“Bueno pero ya averiguo si los precios no han variado esta semana o si todavía tenemos existencia.”Me siento un poco confundido ante su respuesta pues se supone que como cliente que soy no manejo esa información y ella es quien debería brindarla de la manera más amable posible, mas no pierdo la paciencia y aunque me siento ligeramente molesto le digo:
-“Bueno Señorita pues por eso estoy aquí frente a usted, porque usted es la que sabe estas cosas y me las debe informar”


-“Ah lo que pasa es que usted viene aquí como dando instrucciones y no preguntando, déjeme ver si todavía hay”.

Se levanta de su silla y la veo que camina, o mas bien se arrastra sobre lo que parecen ser tentáculos, se encuentra en el camino con una criatura que pareciera ser una subespecie de Vejestorium Chismorrae, aunque no parece haber evolucionado al nivel de las que habitan en mi jungla, esta es más parecida con una gallina que a duras penas ha sobrevivido al accidente(que es como se conoce a la peste aviar en la región), debe tratarse más bien de Chismorium Llevatraensis, sin embargo todavía no logro deducir a que especie pertenece esta criatura que parece una hembra de Kraken, aquel monstruo mitológico similar a un pulpo gigante que arrastraba los barcos a su perdición.
Mientras observo su comportamiento voy haciendo mis anotaciones sin perder detalle, puedo notar que la atmosfera a su alrededor es muy toxica, con una gran cantidad de gases en suspensión, por  lo que es fácil deducir que pertenece a la familia de los pedantópodos, de hecho en su misma forma de actuar se puede percibir esa peculiaridad,  la veo que sonríe y modela junto con su amiga emplumada, claramente se puede ver que no está ni de lejos atendiendo a mi pedido, así que discretamente y sin ánimos de molestar, empiezo a tamborilear sonoramente con mis dedos sobre el escritorio, veo que atraigo su atención pues ambas me lanzan sus miradas como dagas asesinas, mientras tuercen los labios como si estuvieran sufriendo un derrame, ahora la criatura sigue arrastrándose, se encuentra en el camino con otro ser extraño, este no difiere mucho de un humano pero mi cámara tiene rayos x y me da una vista de la diferencia entre este espécimen y un humano, y es el tamaño de su cerebro, este es del tamaño de un nance chupado, mientras anoto esto en mi bitácora, veo que aquella criatura lo envuelve con sus tentáculos y empieza un toqueteo que me hace tratar de devolver mi preciado desayuno, sin embargo mantengo la compostura y el profesionalismo como biólogo que soy, y puedo presenciar un acontecimiento asombroso, los tentáculos de la criatura hacen una especie de succión sobre el sujeto con lo que el tamaño de su cerebro se va volviendo más reducido, entonces caigo a razón que este pobre idiota, fue en un pasado no muy lejano un humano normal, sin embargo no supo librarse del succionador contacto con este monstruo y ahora ha llegado a estar en una categoría incluso peor que la de Brainless Morrotostado.
Luego de un momento lo suelta y regresa a mí, pareciera que me trata de lanzar una sonrisa coqueta, pero pongo mi mejor cara de “ni en tus sueños, mejor que me rayen la espalda con un cepillo de alambre y me la froten luego con limón”, eso parece disgustarle y me dice:

-“Las cosas las tenemos pero usted tiene que traer la caja para llevarlas”.

-“¡Pero Señorita!, estoy pagando por estas cosas y no son baratas, ustedes deben darnos las cajas para llevarlas”


-“Pues no, no tenemos cajas así que si trae usted su caja, se lo podemos vender si no pues ahí vera usted como las lleva, además tiene que pagar antes de que las mande a sacar de bodega, no se saca nada de bodega mientras no pague”.

-“Mire hacerle el pago a usted, es lo de menos si el dinero le sobra a la empresa, hágame favor de traer mis cosas que me las voy a llevar, las ocupo”.

-“Igual va a tener que esperar que ahorita ya son las once con cuarenta y cinco y es hora de almorzar, si quiere puede esperar o regresar a la una y media”.

-“Mire no tengo tiempo para estar perdiendo, si usted no me puede atender, llame al gerente para que el me despache entonces”.

-“Él no se encuentra si quiere verlo puede volver a laa que el me despache entonces" atender, llame al gerente de aqui r, si quiere puede esperar o r una y media como le dije”.


-“¿Sabe qué?, dejémoslo así mejor, regresare a la una y media, traeré mis cajas, le pagare antes que saque mis cosas de allí y me iré en paz de este sitio”.

Di la vuelta en un giro al estilo de los patinajes sobre hielo, mientras un fuego me consumía internamente y solo deseaba tener la habilidad de exteriorizar ese fuego e incinerar a aquella criatura pestilente y desagradable, procedí a retirarme a paso apresurado con mi mano prensada cual pinza de cangrejo en la oreja de mi acompañante, fue entonces cuando escuche una última frase dirigida hacia mí con tono de desaprobación.


-“Se dice gracias, maleducado pedante, es verdad que a uno le pagan por atender los clientes pero no para que se vengan a desquitar con uno los problemas del hogar”.

La ira que me invadió en aquel momento era tal, que tuve la intención de destruir aquel establecimiento usando como si fuese una espada, el cuerpo de Brainless, pero al final, solamente seguí mi camino como los hombres del desierto cuando deciden perdonar una caravana, una que va llena de pacientes psiquiátricos y fenómenos de circo, además el cuerpo del infeliz no resistiría, mas aquella última expresión de la infame bestia, me permitió descubrir a cabalidad a que especie pertenecía.

Era nada menos que la peligrosísima y parásita “Pedanterea Chinchetorum Amargativa”.
Mientras me retiraba de aquel lugar pensaba en lo difícil que sería para mi poder analizar más a fondo sus quehaceres y como succiona la vida de quienes la rodean, sin embargo por los momentos, me dirijo hacia algún lugar donde vendan algo de comer que por lo menos no me envíe al hospital y pueda acabar con la observación de este día sin tener que tratar con más parásitos que aquellos a quienes ya encare durante mi aberrante mañana, aquellos que se han especializado sin duda hasta un nivel de doctorado en el difícil arte de caer mal.
  

viernes, 21 de marzo de 2014

Fauna laboral IV La encrucijada



La tristeza que me embargaba aquella calurosa mañana, era un presagio de lo que se avecinaba, del sufrimiento que acaecería sobre mi durante el resto del día. Me levante de la cama, aunque mi cerebro continuaba durmiendo, en mi mente solo se cruzaba una cosa, ¡Tener que verle la cara nuevamente a Brainless Morrotostado!, solamente pensarlo hacia que mi estómago diera vueltas como los juegos mecánicos de la feria, ya de por si mi labor diaria se volvía trabajosa y difícil, y sumarle a eso el trato con este subnormal que parecía haber sido criado con una sobredosis de televisión infantil de esa que ha sido creada con el fin de formar borregos descerebrados, ni siquiera había salido de mi casa y ya me sentía exasperado.
Deje de darle vueltas al asunto y me duche con una rapidez sobrehumana, luego de un momento estaba ya listo para salir, había decidido ese día llegar con suficiente tiempo de antelación para avanzar en mis labores diarias antes que aquel parásito procediera a atrasarme como lo había estado haciendo durante aquella semana.
Llegue a la puerta de entrada de la selva oficinistica, y un olor desagradable se introdujo en mis fosas nasales, era el aroma habitual del lugar, nada fuera de lo normal, sin embargo mientras me acercaba al lugar que tengo asignado para mi observación diaria, un sonido aún más desagradable y repulsivo penetró en mis oídos y a medida que me acercaba, me perforaba cada vez más los tímpanos, fue en ese instante cuando supe que algo terrible estaba ocurriendo en mi computadora, así que sin pensarlo dos veces empecé a correr hacia ella, y pude ver aquella profanación, horrenda fue la imagen ante mis ojos. Allí estaba aquel sujeto más molesto que una lombriz intestinal, sentado en mi silla,  mi pura y preciosa máquina para sentarse, y no bastándole con eso, había encendido mi computadora “personal”, la cual nadie jamás había tocado, aquella que había sido solamente mía, desde el día en que fue instalado su sistema operativo hasta ahora, y la tenía reproduciendo su asquerosa música, aquellos pobres y atormentados parlantes dejaban rodar una lagrima por sobre el escritorio mientras un tal “Baby rasta” regurgitaba expresiones ininteligibles, alejadas de toda lógica y decencia a través de ellos.
Mi Ki se encendió de forma involuntaria, de hecho casi me atrevería a decir que mis cabellos se tornaron rubios por un momento, él me observaba y de sus labios escapaba una sonrisa que no lograba yo determinar si era de aspecto macabro o más bien acentuaba su exceso de estupidez, la ira empezaba a controlarme, más recordé que no era culpa del pobre infeliz su actual estado mental, todo esto era fruto de su crianza aunado con el tiempo que debió permanecer prisionero de los alienígenas, así que luego de un profundo respiro le dije:
-“He papá, no te dije claramente que no debías tocar nada mientras yo no te lo autorizara, que haces sentado en mi silla y con mi computadora encendida, además aquí es prohibido escuchar música”-
De algún modo percibo que ya ha perdido todo temor hacia mí, y su respuesta me lo confirma a cabalidad.
-“No se preocupe si ya vino el Jefus y no me dijo nada, relájese compita”-
No sé si aquella situación era una prueba de fe o que rayos pasaba, pero realmente mi paciencia estaba siendo llevada más allá de lo que había sido probada jamás, en este momento ni contando hasta cien mil podría apaciguar mi espíritu aguerrido y sediento de venganza por la profanación que aquel sujeto había hecho.
-“Mira no te lo voy a repetir, apártate de mi computadora y no la volvas a tocar a no ser que yo te ponga  a hacer algo”-
Darle una patada habría sido una sensación refrescante para mi espíritu, sin embargo su inmundo trasero no era digno de ser tocado por mi iluminado pie, además este individuo no era merecedor de recibir ese tipo de corrección paternal de parte mía.
Procedí tan rápido como pude a eliminar de mi computadora todos aquellos archivos procedentes de un lugar mugroso y mal oliente, y tan pronto como estuvieron borrados, empecé con mi trabajo diario, mientras le di a él la tarea de entretenerse buscando el número de teléfono de nuestros proveedores de repuestos, para ello le pedí que verificara en las guías telefónicas de 5 años distintos para ver si los números no habían sufrido algún cambio con el paso del tiempo.
Aunque aquello pareciese una medida cruel contra el pobre infeliz, al menos me permitió disfrutar de unas cuantas horas de paz y tranquilidad, solamente escuchando mis dedos al teclear, el obturador de mis cámaras mientras fotografiaban la fauna autóctona, y el sonido que hacían las páginas de las sendas guías telefónicas al ser hojeadas por mi sanguijuela personal, luego de casi mediodía de búsqueda, él procedió a confirmarme que los números coincidían en todas las guías de los diferentes años, así que luego que él me hubo dicho aquello, saque de mi bolsillo el teléfono celular, y busque también el número telefónico del proveedor el cual tenía guardado en la agenda del móvil.
Por alguna razón la vejez a veces nos lleva a pensar tonterías y en otras ocasiones, completas sandeces, en mi caso los años sobre mí me habían llevado a pensar que solamente en mi jungla se podía tratar con seres desagradables y repulsivos, sin embargo no podía estar más alejado de la verdad, y de ello pude percatarme cuando realice aquella llamada para cotizar los repuestos del vehículo empresarial.
Descuelgo el teléfono, marco el número desde el teléfono fijo de la oficina.
-Tuuurrrrrrrrt, tuuuurrrrrrt, “Bienvenido a Repuestos el Numero Uno, si conoce el número de extensión márquelo ahora, si desea hablar con el personal de ventas marque dos, si no sabe que rayos desea marque tres”.-
Marco el número dos en ese momento –“Gracias por preferir nuestros servicios, espere en línea mientras le atiende uno de nuestros operadores” turuluuu turuu turuluuluuu turuluuu turuu turuluuluuu… (Cinco minutos después)… turuluuu turuu turuluuluuu Pip, -“espere en línea un segundo por favor”-  turuluuu turuu turuluuluuu… (Cinco minutos más tarde)…
Pip  -“hola que se le ofrece”-
-“Buenas tardes, disculpe, solamente deseaba cotizar el precio de algunos artículos que necesito, el primero es un reactor nuclear, con escape de lujo en color rosadito, para un vehículo del año setenta”-
-“Ese vale $1,452.00, que más ocupa”
-“Bien permítame lo apunto por favor”, un sonido de suspiro se escuchó por el teléfono, de hecho fue tan fuerte que hasta me dejo humedecida la oreja con el vapor que produjo.
-“Bueno ¿va a ocupar algo más?”
-“Si permítame, necesito saber también el precio de una máquina de rayos gamma como la que convirtió a Bruce Banner en el increíble Hulk”-
-“Ese le cuesta $1,860.00 gracias por llamar”-
-“Si permítame un momento espere que falta que me cotice algunas cosas más por favor”-
-“Bueno un poco rápido que ya casi es hora de salir y ya quiero apagar la computadora para salir temprano”-
-“Esta bien disculpe solo necesito saber si tienen los espejos para este mismo carro, pero los ocupo con forma de florecillas”-
Casi instantáneamente antes que yo hubiese terminado de pronunciar la última letra, me dice con tono cortante y volumen ligeramente alto, 
-“No hay de esos, ha sido un placer atenderle” tuuuuuut tut tut tut tut.

En la vida enfrentamos cosas malas diariamente, algunas peores que otras, en mi caso, estoy en una encrucijada, no sé qué es peor, si tener que tratar a diario con la fauna de mi entorno, tener que vivir un tortuoso mes acompañado del señor Morrotostado y su parasitaria existencia o el tener que soportar la existencia de vendedoras y dependientas que creen que le hacen un favor al cliente al atenderlo, y que si este no se apega a sus exigencias le dejan ver cuánto le desprecian, de hecho luego de esta experiencia he decidido que el día menos pensado iré en persona para ver qué clase de criatura es esta y agregarla a mi colección de criaturas sobre naturales de la fauna laboral, y con esto empezare a expandir mis horizontes y podré llegar a ser un conocedor de toda clase de seres extraños y quién sabe si mis escritos lleguen a ser en el futuro obras de consulta para futuros biólogos que se dediquen al estudio de la selva oficinistica.

martes, 18 de marzo de 2014

Fauna laboral lll El intruso

Cuando desperté aquella mañana, pensé ingenuamente que aquel día sería como cualquier otro, nada fuera de la normalidad, ningún indicio de algo que perturbase la rutina diaria que vivo en la jungla en la me veo encerrado, nada más lejos de la realidad. Era como a eso de las novecientas treinta horas, yo con mi equipo de filmación observando las actividades de una de las criaturas más peligrosas del lugar, una especie de serpiente gigante pero muy corta, eso sí, sumamente venenosa, allí estaba rondando el lugar, cerca del árbol donde reposa el “Jefus Maleducatensis Bocherus”, esta criatura espectacular es similar a Jabba el Hutt, de la guerra de las galaxias, pero más peligrosa, así estaba yo completamente absorto en el estudio de esta extraña y obscura bestia, cuando de pronto veo que se alerta por algo, se escucha un sonido semejante a un helicóptero antiguo y destartalado, dirijo mi vista hacia afuera entre los matorrales y las ventanas de la selva oficinistica, y puedo ver lo que parece un automóvil que probó su resistencia en Irak durante el periodo de la guerra contra el terrorismo, de este emana más humo que de todas las chimeneas que se han utilizado en fotografías sobre la contaminación juntas, en realidad echar a andar este vehículo es una ofensa directa contra la capa de ozono. Permanezco inmóvil, observando, del vehículo se baja otra extraña criatura muy parecida a una especie de tortuga que camina en dos patas, al estilo de las tortugas ninja pero sin la parte atlética, imagino que tal vez provenga de un planeta distante donde los seres son deformes, y allí viene con su caminar tambaleante acompañada de lo que parece ser un joven, su rostro aturdido y su mirada desorbitada me permite deducir que este debió ser abducido hace mucho, al mirarlo siento lastima por él, no quiero ni imaginar qué clase de experimentos habrán hecho con este pobre desgraciado. Veo que esta criatura se acerca hasta el lugar donde está la serpiente antes mencionada, su nombre científico es “Lenguaerae Vipera Envidiacientis”, de inmediato empieza a mostrar su lengua bípeda, pero esta criatura alienígena no le muestra ningún temor, pone frente a ella un extraño pergamino y la Lenguaerae se va inmediatamente hasta donde el Jefus Maleducatensis, regresan juntos, empiezo a sospechar que estoy presenciando una transacción de trata de blancas, efectivamente él toma el pergamino de mano de la criatura mientras la serpiente toma de la mano al joven, que destino más cruel para él, ha sido vendido, y en la jungla laboral. Yo permanezco sumido en el asombro por lo que está sucediendo, y mientras continuo observando lo que sucede tanto la Lenguaerae como el Jefus Maleducatensis, clavan su vista sobre mí, se me acercan y yo empiezo a retroceder lentamente pero el Jefus Maleducatensis, por ser un dios puede comunicarse en diferentes lenguas sin importar su especie, así que siento su resoplido caliente y hediondo sobre mí y me dice: “Despreciable humano, este adefesio aquí presente estará haciendo la practica durante este mes, enséñale lo que haces, y asegúrate que no perturbe la paz de mi bosque” Así que el joven se pone detrás de mi como esperando protección, un sentimiento humano brota dentro de mí, una especie de pesar, de hecho al pensar en todo lo que sufrirá mientras permanezca en la jungla laboral y en lo que ha sufrido durante el tiempo que seguramente estuvo prisionero por los extraterrestres, decido hacer a un lado mi credo de ermitaño por excelencia, y reprimo todo lo que puedo mi misantropía, así que lo veo fijamente y le digo: “Mira hijo, te voy a hablar claro como el padre que nunca tuviste, mientras estés aquí vas a tener que respetar dos reglas sencillas, Uno, aquí mando yo, y cualquier cosa que querrás hacer debes preguntarme a mi primero, Dos, no hables con nadie, no toques nada y por muy interesantes que te parezcan las criaturas aquí, no las toques así te vas a evitar más sufrimiento. Me observa un momento como tratando de descifrar lo que le acabo de decir, yo lo veo a los ojos y una extraña sensación recorre mi interior pues sus ojos solo reflejan un fondo vacío, negro y como con telarañas, una curiosidad me atormenta así que le pregunto su nombre. “Brainless Morrotostado, mucho gusto. De algún modo el nombre de este infeliz me da mala espina, sin embargo no quiero tener prejuicios contra el si apenas lo vengo conociendo, solo espero que algo de valiosa prudencia de la cual el ser humano por lo general carece, se haya anidado en su ser, de lo contrario su estancia en esta selva será mucho más dolorosa para mí que para el. Nos dirigimos hacia el área donde paso la mayor parte del día en mi estudio de las criaturas del lugar, y antes que le diga nada, se sienta en mi sacrosanto e intocable escritorio, le lanzo una mirada asesina mientras me aproximo a entrar en modalidad de ataque, sin embargo, el parece inmune a este tipo de cosas, me doy cuenta que a cierta distancia somos observados por una criatura grande y rastrera, imagino que así se debió sentir la princesa Leia al ser acosada por Jabba durante el periodo de su esclavitud en Tatooine,
su lengua bípeda me señala irreverentemente, y logro comprender que no desea que maltrate al muchacho, parece ser que lo quieren intacto para sus fines macabros. Hago como si no me hubiera dado cuenta de que estaba siendo vigilado y le indico al pequeño infeliz que vaya a traer una silla que está al otro lado de mi área de trabajo, él se mueve rápidamente y regresa, entonces se sienta frente a mí y me observa con un rostro al estilo Bob Esponja, le lanzo una mirada intimidante, mas no funciona, y me dice. “Oiga señor, en esta computadora se puede chatear”, lo veo con ojos de una desaprobación tan grande como la que me lanzaba mi madre cuando regresaba de la escuela con la camisa blanca tornada en un color naranja opaco similar al de Júpiter. “Aquí se viene a trabajar no a chatear con tus amiguitos, ni a hacer cualquier otra estupidez seca cerebros de esas en las que se ocupan ustedes los estudiantes”. De algún modo creí que con eso controlaría su evidente irracionalidad, sin embargo lo peor estaba por venir, no lo sospechaba yo, de hecho jamás hubiera imaginado el sufrimiento que la presencia de aquel despojo humano me ocasionaría, parecía inquieto como si deseara hacer algo, de pronto mis oídos empezaron a ser atormentados por aquel aberrante sonido. La peor de las canciones del momento una que decía algo así como “dímelo dímelo dímelo” empezó a sonar mientras su aparato celular vibraba, lo acercó a su oído y dijo: “Hola amigui como estas” – AAAAAHHHHHHHH AHHHHHHHHHHHHH – ahora si la bestia que vive en mi interior estaba a punto de salir y destruirlo, de hecho en ese momento me veía a mí mismo haciéndolo añicos destrozando su cuerpo hueso por hueso. “Cuelga ese teléfono, no estas autorizado a recibir llamadas aquí, además, ¿qué rayos es eso de –amigui-? ¿quieres que te golpee o qué? Cabizbajo y triste se despide del desecho humano que estaba llamándole, no me respondió, sabía que muy cerca estaba de saber que se siente que un teclado de computadora de los viejos, de los que se usaban en 1998, pesados como si fueran de acero, se impactara con fuerza sobre su rostro. Suspire fuerte y libremente tratando de dar una mayor dosis de oxígeno a mi cerebro, supe que este mes que se avecinaba, sería el más largo y terrible de toda mi vida, una vez más se pondría a prueba toda mi capacidad psicológica, solo espero que en esta ocasión también pueda resistir y no vaya yo a perder la cordura y llegar a ser como los irracionales con los que me toca convivir.

sábado, 15 de marzo de 2014

Léxico terrorifico

Una brisa salada junto con millones de partículas de agua marina, se adherían a mi rostro bravío y sereno mientras iba de pie en la proa de aquella embarcación, colgando de mi pecho cual si fuera un amuleto poderoso, iba aquel libro que por tantos ha sido maldecido y despreciado, sin embargo, para alguien como yo que ha sido entrenado en las antiguas artes, este poderoso libro me da habilidades sobre humanas, las mismas que me han permitido embarcarme en esta aventura épica de la que siento que solo la suerte de principiante podrá permitirme volver sin perder la vida o la razón.
Recorro con la vista aquella embarcación rechinante que se va moviendo al son de aquel mar embravecido, veo a mis valientes compañeros de expedición.
Leonidas, rey de los espartanos valiente y aguerrido un experto en combate, mantiene un perfil bajo gracias a su peinado de niño bueno.
Heracles, mejor conocido como Hércules, con su cabello largo y su sonrisa de idiota, semidiós que mas bien parece un vago, es únicamente su fuerza sobre humana lo hace digno de venir en esta terrorífica aventura, mientras lo observo cruza su mirada con la mía y veo en sus ojos tormentosos como se lamenta que no hayamos traído a Xena la princesa guerrera o a su amiga Gabrielle.
Clavo mi mirada en la suya haciéndole saber que esta es mi historia y que debería estar agradecido de que le haya sacado de sus cutres viajes legendarios y lo trajera a una verdadera aventura épica.
Leonidas lo observa con desagrado también, sin embargo nos enfrentamos a un enemigo realmente fuerte y malvado, ha esclavizado a mas personas que los todos los reyes europeos juntos, de hecho sus esclavos son casi tantos como los esclavos de las maquilas, pero sin descansos de quince minutos en la mañana y en la tarde.
El viejo marinero que guia la embarcación señala el horizonte con su tostado y huesudo dedo deforme, de hecho el dedo intenta señalar al horizonte pero acaba señalando una curva que finaliza en dirección hacia el suelo de cubierta.
Leonidas, Heracles y yo observamos una isla mas siniestra y macabra que la isla de King Kong y sobre los riscos una muralla que parece salida de las colonias de San Pedro Sula, detrás de ella se fabrica la maldad, algo que no es ni humano ni animal, tomamos el esquife, y nos dirigimos a remo hasta aquel lugar, de inmediato vemos algunos aborígenes salvajes que nos observan, siento como sus miradas quedan fijas sobre el libro que traigo colgando en mi pecho, algunos empiezan a gritar a voz en cuello, otros caen al suelo convulsionando, y aquellos a quienes aun no les ha sido consumido el cerebro del todo me señalan y atisban a decir algo que suena como a "LA LL LA  LA LA LAAAROOOUUUUSSEEEEEEEE" y caen de inmediato al suelo con sus ojos blancos y echando espuma por la boca, veo a Leonidas a punto de sacar y blandir su espada, le hago señas con la mano que se detenga, para ellos este libro esta maldito y no soportan su presencia, veo hacia mi izquierda y veo a Heracles jugando con un cangrejo en la arena, dirijo una mirada a Leonidas y el hace un gesto de desaprobación, le hacemos señas a nuestro inútil compañero y continuamos a través de la jungla, Vejestorium Chismorraes machos salen despavoridos al vernos, saben que este libro que traigo podría destruirlos con solo mirar una de sus paginas, Trabajadorus Compulsivus Incansabilis permanecen ocultos entre los matorrales, ellos desean el libro tan intensamente como Golum desea el anillo, mas no se atreven a posar su mano sobre el, un Jefus Maleducatensis Bocherus nos observa desde lo alto, quisiera atacarnos con sus luces rojas, pero al ver el libro no puede hacer mas que liberar sus gases tóxicos, sin embargo nosotros estamos inmunizados así que seguimos de largo, queremos llegar hasta el lugar donde se fabrica la maldad en niveles descomunales.
Observo a Leonidas y le indico que cuando estemos ante la criatura debe evitar ante todo leer los papeles con que nos ataque o se quedara de piedra, (aclaro, no se convertirá en piedra, pero si se quedara de piedra al ver los horribles métodos de redacción utilizados por ella) a Heracles no le advierto nada, ya que el es inmune a cualquier lectura, de hecho el no esta capacitado para tocar el libro que traigo conmigo pero de igual manera no le afecta pues es semidiós.
Finalmente llegamos hasta la gran muralla superior a la que se fabrico en China y mas bien semejante a las que se utilizan en las colonias de San Pedro, Leonidas y Yo observamos a Heracles, el sabe que para esto ha venido, esta es su leyenda personal y esta a punto de realizarla, así que se agacha entrecruza sus dedos en una postura que permitirá que nosotros pongamos nuestro pie sobre sus manos, el nos impulsa sobre la muralla, caemos al otro lado y vemos los restos de otros valientes que quisieron detener a la bestia, vemos a Superman haciendo ruidos con sus labios mientras los agita con su dedo, pobre loco no resistió, Leonidas sabe que nosotros solos no podríamos, pero este libro es poderoso.
Nos acercamos a la entrada y de pronto la puerta se abre y allí esta ella con su mirada fija sobre nosotros, los iris de sus ojos son tan agudos como puntas de alfileres y esta armada con varias impresoras de diversos tipos poseídas por la maldad que ella emite empiezan a lanzarnos documentos con una redacción tan pésima que veo a Leonidas caer justo a mi lado.
Apenas logro ver lo que lo ha herido. Cartas empresariales escritas totalmente en mayúscula, términos despreciables como "vuen dia" otros mas horribles como "no es un plaser dirijirme a ustedes", veo también nombres escritos en minúscula en documentos oficiales, el uso de palabras inexistentes en notas personales, y el pobre Leonidas no ha podido soportarlo, se ha quedado de piedra al instante.
Mis ojos arden ante aquel léxico tan terrorífico, tan horrendo, en mi mente solo cabe una pregunta ahora, ¿A qué diantres fue esta criatura al colegio, qué rayos hacia en sus momentos de estudio en la universidad?
Sin embargo el destino ya ha determinado que este es el momento indicado para destruir a esta criatura y he sido yo el elegido para acabar con la Analfa-bestia que tanto daño a hecho en la región de la jungla laboral.

Tomo en mis manos el libro que ella ha maldecido por tanto tiempo, le muestro el titulo escrito en letras amarillas y un fondo morado "LAROUSSE DICCIONARIO BÁSICO ESCOLAR", el libro tiembla entre mis manos, y una luz fuerte empieza a tratar de salir de a través  de sus paginas, aquella criatura ahora empieza lanzar gritos desgarrados, sus iris que antes eran agudos como agujas ahora se vuelven negros y profundos como la noche que se cierne sobre su cerebro, el libro se abre y la ilumina completamente, sus cabellos se desintegran y junto con ellos todo su cuerpo, finalmente sus cenizas son esparcidas por el viento y veo como aquellos escritos malignos gradualmente se van corrigiendo hasta quedar escritos en la forma que deberían haber sido redactados desde un principio, veo a los aborígenes que nos observan desde sobre el muro, y Heracles con ellos, creo que lo han aceptado como nuevo rey, sonrío y extiendo mi mano a Leonidas quien ha vuelto en si, la sujeta y se levanta, dejo caer el libro sobre aquel suelo, esperando que algún aborigen decida utilizarlo para civilizarse y que dentro de unas cuantas décadas aquel lugar se vuelva una especie de Mesopotamia progresista.
Un falso sentido de alegría me invade en ese momento mas sin embargo pronto caigo a razón que siempre habrá alguien que declarara el libro como maldito, como enemigo publico de la sociedad, y arrastrara a sus congéneres a que vuelvan a ser como aborígenes ignorantes, semejantes a bestias de carga, solamente espero encontrar un discípulo al que pueda yo enseñar las antiguas artes, y que pueda el contar con la ayuda de un rey espartano cuando nuevamente deban enfrentarse a la Analfa-bestia en esta batalla épica de la cual solamente podremos sobrevivir gracias a la suerte de principiante.
Subimos al esquife y nos dirigimos al barco, la mirada ausente de Heracles me hace temer por aquel lugar mas sin embargo nuestra misión esta cumplida, pero a mi mismo me hago la promesa de seguir de cerca el desarrollo de aquel lugar y poder mantener siempre la maldad a raya, esto mientras pueda hacer uso de la razón y del poderoso libro que hoy les he otorgado.
 

jueves, 13 de marzo de 2014

El credo del ermitaño

De todos es conocido que hay una etapa en la vida del hombre, en que se da cuenta lo molesto que es tratar con otros semejantes, eso me ha pasado a mi, y resulta que no importa lo que haga, ni lo desagradable que intente ser, las personas siguen afluyendo a mi como si de un gran benefactor se tratara, y eso me mata, de hecho cada día me levanto mas y mas débil, sin desear encontrarme con nadie, y es que siento que cada persona con la que tengo contacto se roba algo de mi energía y me debilita, y es en estos días especiales en los que debo encontrarme con personas que cada vez que las recuerdo se me corre una lágrima por la mejilla y pienso en porque no mejor las arrolle con el auto antes que hacer a un lado mi credo y permitirles tratar conmigo
Alguien dirá, "Oye vamos no seas exagerado, no es para tanto", Bien entiendo que alguien quiera hacerme entrar en razón, pero eso es porque no ha tenido que enfrentarse a las cosas que yo he enfrentado en esos días en que la misantropía que padezco se vuelve mas critica, ya quisiera verles yo tratando con los "vendedores ambulantes de accesorios para carro".
No hay mayor manera de torturar a un ermitaño por excelencia, que el hecho de que se vea obligado a abandonar la tranquilidad de su cueva en un día feriado, y que deba ir en horas del medio día a un lugar céntrico, lleno de personas, simplemente horrible, insoportable el bullicio, y que además al estacionarse tenga que sufrir esto:
-Señor señor permitame un momento
- Lo siento ando prisa, permiso
-No le voy a quitar nada de su tiempo solo que veo que esos limpia parabrisas ya están rayando su vidrio y...
-Si bueno disculpa pero no ando efectivo así que no puedo ver nad......
-Sin ningún compromiso déjeme mostrarle
Así que este sujeto, cual criatura irracional ignora todas mis razones para que deje de hacer lo que esta haciendo, tiene el atrevimiento de quitar mis limpia parabrisas, y cuando esta a punto de poner los que trata de venderme....
-Disculpa no hagas eso porque en verdad no puedo comprar nada 
-No se preocupe señor solo quiero que vea como funcionan estos, sin ningún compromiso vea
Al ver que el sujeto es mas terco que Mel Zelaya y sus seguidores, dejo caer mis brazos, y expulso el aire de mis pulmones de un solo golpe, y allí esta el colocando sus infernales aparatos sobre mi vehículo, y de pronto una vez que los ha colocado lo veo salir disparado, como un criminal huyendo de la escena del crimen rápidamente pienso que es mi oportunidad de huir de este acosador, pero seguramente sus amigos han de estar escondidos por allí y me atacaran por llevarme esos limpia parabrisas malignos, así que como toda víctima impotente no hago mas que esperar a que mi agresor regrese a continuar con su tortura de estilo medieval.
Lo veo regresar cargando en su mano una botella de refresco llena de un liquido que parece procedente de las cloacas de ciudad Gótica, en las cuales El Pingüino se volvió una criatura deforme, y empieza a derramarlo sobre el parabrisas de mi auto, y escucho como el pobre carro hace un sonido quedo similar aun quejido o un gemido de dolor, entonces en un tono grotesco y aterrador este sujeto me dice:
-Prendalo raza y accione los limpia parabrisas.
-Yo en una actitud de sumisión total ante la agresión que sufro muevo la palanquilla junto al timón y el limpia parabrisas empieza a moverse, veo como al ir hacia arriba quita todo el exceso de agua sobre el vidrio, pero al volver, la trae de nuevo y me doy cuenta que se ha vuelto imposible ver de adentro hacia afuera, el ya se ha percatado de ello y me dice, sabe creo que el problema no es mi limpia parabrisas sino algo en su carro, y entonces lo veo en su peor fase de agresor despiadado, allí esta colgándose del brazo de mi limpia parabrisas, escucho a mi carro quejandose y yo impotente veo como este sujeto le hace bullying a mi pobre carro.
No hay sentimiento mas horrible para un ser humano que el ver impotente como alguien abusa de su auto, las lágrimas que recorren mis mejillas y mi mirada al estilo de memorias de una geisha, no sirven de nada para ablandar el corazón de aquel individuo desalmado, una ves que se siente satisfecho me ve con esa mirada siniestra y me dice 
-Ahora si brother dele, (mientras vuelve a derramar aquel liquido maloliente procedente de algún lugar siniestro gobernado por el mal)
-Así que con un fuerte sentimiento de culpabilidad y viendo como mi auto pone en la pantalla de control la frase "Desgraciado y todavía le ayudas", acciono la palanquilla y el limpia parabrisas se activa, en esta ocación efectivamente limpia al subir y limpia al bajar, vaya la verdad siento que nunca había visto un vidrio tan limpio y de algún modo empiezo a ver en mi agresor una persona a la que admirar.
Sin embargo pronto recupero mi identidad de ermitaño por excelencia y le digo:
-Bueno ya vimos que funcionan y la verdad es que si anduviera dinero te los compraría pero la verdad no puedo, y debo irme así que si me haces favor puedes quitarlos
-Mire razita para que vea que lo que quiero es ayudarle le voy a dejar estos a ciento ochenta cada uno mire que valen doscientos cincuenta(esto mientras me señala unos extraños caracteres hechos a mano que se asemejan a un 2 un 5 y un 0 con tinta de marcador)
-Si entiendo tu interés en ayudarme pero como te dije desde el principio no ando dinero para esto ahorita 
-Deme ciento cincuenta pues para que mire como somos los amigos (con una sonrisa que solo me recuerda a Leonardo Di Caprio en Django Unchained cuando acababa de vender a Broomhilda)
-Hagamos una cosa para que veas que de verdad las quiero comprar dame tu numero de celular y te llamo cuando volvas a andar por aqui(Saco ipso-facto mi celular del bolsillo y el empieza a dictar mientras yo toco la pantalla al azar sin dejarle ver lo que estoy haciendo)
Ya casi tenia yo dominada la situación cuando inexplicablemente, de debajo de una piedra cercana aparece un segundo sujeto, y recuerdo haber pensado, "Diablos trae refuerzos hoy si que ya me toparon". Y aquel sujeto con rostro de haber matado mas personas que Osama Bin Laden, tatuajes mal hechos en el brazo y una pequeña cicatriz que viajaba desde la oreja derecha hasta el inicio izquierdo de sus labios se acerca a mi y me dice:
-Que le parecieron los limpia parabrisas volante le interesa quedar se con ellos
-Como le decía a su compañero, la verdad si me interesan y mucho pero ahorita no ando nada de efectivo mas bien vengo de pagar todo lo que andaba y no me los puedo llevar, pero yo le llamo luego a el para comprar un par
Ahora lo veo a el dirigirse a mi auto como si el también deseara satisfacer algún deseo impuro con el pobre vehículo, quita los limpia parabrisas que el otro sujeto había quitado y procede a sacar otros diferentes de su mochila, pero ahora ya he adquirido el valor para poder luchar por la justicia y la rectitud.
-No le ponga mas que ya le dije que no puedo comprarlos ahorita y necesito irme yo le llamo cuando pueda comprarlos
Me ve con esa mirada de acosador frustrado, que mezcla un sentimiento de odio, deseo reprimido y efectos de cannabis, y observa ahora a su coagresor como esperando que el me convenza de acceder a que el también pisotee el orgullo de mi vehículo, pero ahora soy valiente y mi justo corazón ya no soporta mas sufrimiento.
-Mire razita si quiere solo pruebe estos como funcionan estos solo valen ochenta cada uno y son de grafito vea (agita su mano sobre el artefacto infernal y me muestra su mano manchada de negro igual que Jack Sparrow cuando su mano se mancho evidenciando que pronto seria llevado a los dominios de Davy Jones)
-Mire Brother de verdad se lo digo, no ando un solo lempira conmigo, y debo irme ya, le agradezco que me haya mostrado el producto y en serio le llamare para comprar un par de los otros de los caros que esos me gustan.
-Mire raza si le gustan estos aqui ando un par que se me dañaron mientras se los mostraba a otro cliente y ya no los puedo vender, pero si usted los quiere se los dejo a cincuenta cada uno mire solo es que se rompieron un poquito de aqui(señalando como la base del limpia parabrisas empieza a fisurarse)
-No Brother quiero unos que estén buenos mejor lo llamo, permiso que ya me voy
-Pucha uno quiere ayudar a la gente,y la gente no se deja, haga lo que quiera compa ya cuando usted quiera comprar de estos ya no van a haber después no diga que no se lo adverti pues
-Venite vos, (decía su compañero) dejalo que si no quiere nada pues que se harte su madre.
Una sensación de libertad lleno mi corazón, y por alguna razón mi vehículo encendió aun antes de que insertara la llave en el lugar que corresponde, ciertamente pensé, esto es lo que uno se gana por hacer a un lado su actitud engreída y prepotente y hacerle caso a estos seres irracionales que se hacen llamar vendedores, salimos a la carretera, el sol heria nuestra piel, tanto la del coche como la mía, creo lo mejor en nuestro caso pensé, es nunca abandonar el credo del ermitaño por excelencia, ser el primero en atacar siempre y mostrar hostilidad a todo lo que se mueva, es la única manera en que ni mi integridad física ni la de mi auto se verán pisoteadas nunca mas, es una promesa que me he hecho a mi mismo y a mi fiel y dolorido compañero metálico.