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viernes, 10 de abril de 2015

El ser humano como animal irracional y la lucha de géneros

Pensar en el ser humano como un ente inteligente y racional podría estar sobrevalorado, si señores, la irracionalidad por no decir estupidez humana ha tenido un repunte de dimensiones siniestras con el adentrarse al siglo XXI, pensaba en ello justo al momento de escribir el título de este monologo pues la primera idea que se me vino a la mente fue “El hombre como animal irracional”, pero justo en ese momento pensé en todas esas mujeres que en mi opinión han desequilibrado su punto de vista con respecto a la lucha por la igualdad de género y que dirían que se les está excluyendo por usar el término hombre.
Me atrevo a pensar que en este preciso instante mientras algunas de ellas leen estas líneas, estarán deseando antorcha en mano encontrarme y encenderme en la hoguera, sin embargo, considero necesario exponer algunos aspectos de lo ilógico del actuar de ciertas personas, sobre todo antes de que se me empiece a considerar un machista y misógino. Sin duda es abrumador el hecho de que diariamente sigan ocurriendo en nuestro país asesinatos contra mujeres, actos violentos que por poco no acaban en muerte en los cuales las mujeres resultan ser víctimas, pero lo peor de todo esto es que en lugar de atacar el verdadero problema, el cual en mi opinión es un problema de educación moral, los movimientos feministas y las autoridades, se interesan más en acuñar términos legales nuevos y estar escribiendo leyes que al final no se cumplen, de modo que ahora  es más importante asegurarse que si una mujer es asesinada, el periodista que presenta la nota no se atreva a decir homicidio, el termino a usar es femicidio, aun cuando tal palabra no existe en el castellano, y creemos que estamos logrando gran cosa contra la violencia de genero al usar términos técnicos y aumentar penas por “hacer diferencia” entre un crimen contra una mujer o contra un hombre cuando la lucha de las mujeres siempre ha sido la igualdad.
La única forma de lograr que la sociedad se libere de esta estupidez histórica, es educando, castigar es importante, pero más que todo educar, comprender una gran realidad que pocos han llegado a entender. “Las mujeres no son iguales que los hombres”, con esto no quiero decir que sean ni inferiores ni superiores, simplemente son diferentes, si los hombres y las mujeres fueran una igualdad total pues cuando saliera con algún buen amigo, debería abrirle la puerta de carro,  dejarle pasar primero, hasta podría casarme con él pues somos equivalentes, ya no sería cuestión de ser gay ni nada de eso porque no habría diferencia, sería una equivalencia total. Pero el caso es que los hombres y las mujeres no son iguales, son diferentes, y con esto aplico algo que dijo cierto pensador ecuatoguineano “Valer lo mismo no es lo mismo que ser lo mismo” los hombres y las mujeres sí valen lo mismo, con sus diferencias, sus fortalezas y debilidades por parte de cada género, pero mientras no aceptemos esta realidad, siempre seguiremos en esta guerra, los hombres imponiéndose con el machismo y las mujeres luchando bajo la bandera del feminismo, y en mi opinión, ambos extremos son reprochables, tanto el hombre que mira a la mujer como un objeto de uso, como la mujer que te dice “cerdo machista” cuando se le acaban los argumentos para convencerte de hacer algo con lo que no estás de acuerdo, o simplemente porque en vez de buscar esa igualdad de oportunidades por la que lucha, quisiera pasar a tomar el papel del opresor someter a los hombres como venganza.
Amigos míos, vivimos en un mundo irracional, un mundo donde el hombre quisiera que la mujer estuviera allí para complacer sus antojos más perversos y donde las mujeres critican a las mujeres que eligen quedarse en casa a cuidar de sus hijos y su hogar en vez de salir a trabajar y ser “independientes”. ¿Y por qué? Si una mujer define racionalmente y con autonomía que sus prioridades son sus hijos y su familia, y cuenta con un esposo que se compromete a suplir lo que económicamente haga falta sin que ella salga a trabajar, si ella considera que eso es su realización personal, ¿por qué las mujeres que tengan otras prioridades en la vida no se ocupan de sus propias vidas en lugar de creer que deben ejercer de militantes de un movimiento extremista y arremeter contra toda la que no se una a la “lucha”? O por otro lado si un hombre decide que debe llenar de atenciones a su esposa, cocinar y asear la casa, lavar la ropa, cuidar de los niños mientras su esposa sale de paseo con sus amigas o se dedica a lo que sea que quiera y que la haga sentir bien, ¿Por qué debe venir un ignorante a querer señalarlo como menos hombre, haciendo así ostentación de su profunda estupidez?
Cuando era más joven solía bromear con algunas personas con la expresión “a este lo manda su mujer” al final me di cuenta que aunque sea una simple broma suele tener connotaciones negativas, pues interiorizamos la idea de que cualquier cosa que hagamos que se parezca a obedecer a nuestra esposa es dejarnos mandar, y caemos en una situación en la que no queremos recibir sugerencias ni nada parecido lo cual crea conflictos y al final nos sume más en el lodo hediondo del machismo, así que luego de analizar esta situación he llegado a una conclusión mucho más razonable, de modo que si alguien me dice: “Te manda tu mujer”—yo contesto—“Ni me manda ella ni yo la mando, vivimos de común acuerdo tomando en consideración nuestras opiniones y respetando nuestros espacios” y resulta que al interiorizar esta idea y convertirla en paradigma se suele vivir más tranquilo.

Así que señores, hoy quiero invitarlos a reflexionar y a pensar, a dejar la irracionalidad que genera violencia y conflictos, pensar en una guerra de los sexos es parte de la estupidez histórica del ser humano, y en la medida que aceptemos esto habremos dado un paso más en el camino hacia la razón.