En el estudio de las criaturas de
la selva oficinistica, nos damos cuenta de lo ingrata e inverosímil que es la
vida, y es que lo único que puedes esperar en este lugar, es que ocurra lo
inesperado, eso sí, cualquier cosa por inesperada que sea, no será en ningún
momento para beneficio del estudioso, sino más bien para su sufrimiento, de
hecho tanto es el sufrir que nos ha tocado vivir a mi compañero Morrotostado y
a mí, que ya empezamos a sentirnos, como los mártires de la edad media,
quemados, apaleados, ya no podíamos sentir más el afán improductivo de laborar
bajo el mandato de un ser como el “Jefus Maleducatensis Bocherus”.
El día era sumamente caluroso,
rondaba tal vez los 45°C, resulta que el encargado de hacer los inventarios en
el plantel, luego de años de explotación, de trabajar bajo el sol sin descanso
cual lagartija del desierto soasada, al más puro estilo de rango el camaleón
del desierto, ha sufrido el desprendimiento de las retinas y ahora enfrenta un
periodo de incapacidad, que si bien se disfruta el descansar en casa luego de
años de no conocer lo que significa un día feriado o un domingo completamente
descansado, es un duro precio el tener que pagar con tus ojos por dos meses de
reposo, en fin, imagino que algo se debe disfrutar al estar en cama bajo el
abanico en este momento, aun cuando al dirigir la vista al ya antes mencionado
ventilador, lo confundas con tu esposa y empieces a platicarle tus inquietudes,
solo para sentirle molesto por que ella te ignora y no te contesta, únicamente
mueve su cabeza de izquierda a derecha.
Pasando ya del tema de la trágica
ceguera del individuo en mención, resulta que a falta de su agudizado sentido
de visión para ver los números de lotes y etiquetas en aquellas cajas
fluorescentes que parecen relumbrar con el sol como el aro alrededor de un
eclipse, nos ha tocado a nosotros la tarea de poner nuestras retinas en este
lento proceso de cocción, de algún modo el cerebro de mi compañero Brainless,
pareciera haber despertado, y al menos en algunos aspectos básicos ha dejado de
ser un inútil, imagino que así debieron sentirse sus padres cuando luego de
diecisiete años de entrenamiento, al fin pudo ir al baño él solito sin dejar
marcas de su presencia en la taza y en las toallas para secarse las manos, y es
que para alguien como él es difícil comprender que esta, no es un sustituto del
papel higiénico, es de comprender que su aprendizaje ha sido lento, como el
andar de una babosa, de hecho aún lo
escucho a veces recitando un extraño poema sobre las orejas del conejito cuando
se amarra los zapatos, imagino yo de tanto coscorrón que ha recibido hasta con
martillos por la forma de las marcas en su cabeza, de alguna manera tenía que
reaccionar.
Pues bien, allí estábamos
nosotros bajo el crudo sol del verano, el viento reseco levantando remolinos de
polvo que se introducían luego en nuestras narices, veía a mi ensimismado
compañero, admirando detenidamente como el sol se reflejaba sobre las enormes
cajas de materiales, no sé si intentaba ver cuánto tiempo duraban sus ojos en
aquella posición sin reventarse por el fulgor, o si su cerebro estaba tratando
de descifrar, porque luego de ver por tanto tiempo aquellos reflejos, al cerrar
los ojos veía manchas moradas que luego se posaban sobre los rostros de los
otros seres que volteaba a ver, y que le recordaban mucho a las manchas que
quedaban en su campo visual luego de estar viendo fijamente cuando alguien
soldaba en hierro, en fin yo sabía lo dañino que era aquello para la vista, por
lo que me puse unos lentes para sol, y empecé con el conteo, debíamos acabar el
inventario pronto pues recibiríamos la visita de un ser desconocido, pero que
al solo mencionar su nombre los seres de aquella jungla palidecían, metían la
cola entre las patas y chillaban, luego de escuchar algunos comentarios sobre
sus hábitos diarios, pude definir que se trataba de un miembro de la familia de
los “Pedantópodos”, esta es una especie de criaturas muy extraña, de hecho
desde mi encuentro con la “Pedanterea Chinchetorum Amargativa”, no había vuelto
a tener encuentros con otros seres de esa especie, sin embargo eran notorias y
abundantes las historias que corrían en la jungla de seres que habían sido
abochornados de manera especial por este ser, algunos incluso, se atrevían a
colocarlo en la categoría de los dioses de la jungla, y algunos otros hasta lo
consideraban el ser supremo.
Yo tenía gran curiosidad de
conocer aquella mítica criatura, la expectación era evidente en todos, ya que
durante toda la mañana el “Jefus Maleducatensis Bocherus”, había andado
rondando por toda la jungla arriando a los “Trabajadorus Compulsivus
Incansabilis”, mientras las “Vejestorium Chismorrae”, tanto machos como hembras
andaban en busca de cualquier cosa de interés para poder ganarse el favor de
aquel dios selvático, veía también como se arrastraba frenéticamente la
Lenguaerae Vipera Envidiacientis, buscando a alguien a quien ofrecer como
sacrificio a aquel monstruo que se haría presente aquel día.
Pasaron las horas y mis ojos
ardían, mas era eficiente en mis cometidos, y el inventario estaba listo,
incluyendo el hecho de que me toco hacer la parte de Morrotostado, ya que este
luego de un momento de conteo estaba
sufriendo fuertes dolores de cabeza y un ardor profundo en los ojos, por estar
mirando fijamente a los resplandores solares del mediodía, pensé en
recomendarle un ungüento a base de pimienta, vinagre y sal, para que se
refrescara, sin embargo, ya suficiente daño había hecho el astro rey junto con la
ignorancia en los globos oculares del trastornado infeliz, así que preferí
dejarlo en paz, disfrutando su sufrimiento.
Con eso llego un vehículo de esos
que hacen babear a los ignorantes, algo que era lujo sobre mas lujo, y allí se
bajaba aquel ser, haciendo ostento de su poder adquisitivo y posición social en
la jungla, una criatura más bien pequeña y anormal, con la cabeza calva y por
el color de su piel parecía ser una especie albina, de hecho creo que nunca
antes había hecho contacto con la luz solar, solo al bajarse supe que dominaba
el lenguaje de los dioses, y hablaba en un dialecto extraño e incomprensible,
de inmediato, el “Jefus Maleducatensis Bocherus”, empezó a inclinarse, rostro a
tierra frente a aquella criatura despigmentada.
Cerca de la entrada, un “Trabajadorus
Compulsivus Incansabilis”, se apresuraba a limpiar la alfombra, para que
aquella deidad con patas como de geco, no posara sus brillantes dedos en la vulgar
arena, pero lo único que logro fue que aquel lo usara como alfombra y caminara
por su espalda y sacudiera el polvo de sus pies en la cabeza del arrastrado.
Algo que me llamo la atención sobremanera
es que había una criatura nueva en la oficina, una que pertenecía al género “Chambrosis
Bovinus Babosilentus”, y esta, por estar ocupada en asuntos particulares y muy
privados de otras personas, o criaturas, las cuales no le habían participado
sino que de ella había nacido el estar averiguando cosas que no le querían contar,
y por estar en esto, no se daba cuenta de lo que se avecinaba aquel día, yo me escabullí
dentro de la recepción para poder llevar a cabo un estudio, de las conductas
sociales de estos dos seres, todavía no había logrado determinar que animal era
exactamente aquel que nos visitaba, pero al ver como se llevaba con el pecho a
toda criatura que se atravesara en su camino, logre confirmar que efectivamente
era un pedantopodo, solamente necesitaba verlo en acción para averiguar su
especie exacta.
En lo que el entro en la oficina,
y se acercó a la nueva recepcionista, la “Chambrosis”, yo saque mi cámara y de
inmediato me puse a filmar la escena, ella se levanta de su silla, tomándolo por
cliente, le dice:
-
“Espere un
momento, es hora de almuerzo, cuando termine lo atiendo” –
-
“Acaso tú
no sabes quién soy yo, a mi tu no me dices que espere, regresa a tu puesto ya mismo” -
-
“Bah señor
es mi hora de almuerzo, es mi derecho el que me quiere quitar, espere como
todos los clientes”
-
“¿Clientes?
Discúlpame, pero yo soy el segundo al mando después del dueño en esta empresa, ¿Qué
te pasa? ¿Si no quieres trabajar dilo que aquí sobra quien quiera estar en tu
puesto?
-
“¡No! Yo
no le estoy diciendo que no quiero trabajar –mientras le temblaban los
labios-solamente le digo que iba ya a
terminar de comer rapidito, pero si necesita que me quede ahorita, no hay
problema, lo siento”.
Con eso aquel ser empezó a gritar
con toda su fuerza:
-
“Jefus
Maleducatensis Bocherus”, ven aca ahorita”.
Casi a la velocidad del rayo,
aquel entro en la oficina, con un sudor recorriéndole el cuerpo, más frio que
el que produciría cualquier retorcijón después de comer tamales afuera del
mercado central, y al ver la expresión
iracunda de aquel dios de la jungla, cayó de rodillas y le dijo:
-
“Dígame patrón
que desea, soy su esclavo más fiel”.
Aquel ahora lo miro con desprecio
y dijo:
-
“¿Qué
clase de contrataciones estás haciendo?, ¿qué es esto de que tengo que esperar
como todos los cliente? ¿desde cuándo los clientes en mi empresa tienen que
esperar a que esta fodonga termine de almorzar?
Ahora, lanzando una mirada
inquisitiva hacia aquella que era causa de su iracunda justicia en acción,
dijo:
-
¡Tú!, muéstrame
donde está el rotulo de cerrado al mediodía, ¡muéstramelo ahora mismo!
Aquella, con los ojos casi
llorosos, más por el ataque a su orgullo que por otra cosa, respondió en tono
suave y atemorizado:
-
“No hay
rotulo, no cerramos al mediodía”
-
“Bien, no
cerramos al mediodía excelente, pues la próxima vez que me entere que los
clientes “deben esperar” a que la princesa termine de almorzar, me las vere
contigo –mientras volteaba a ver al Jefus Maleducatensis- y que son estos papeles aquí con fecha de
hace dos días, ¿por qué no están archivados?, ¿pasas pintándote las uñas aquí o
qué? -volviéndose al Jefus nuevamente- ¡Tu! ¿Qué clase de incompetentes estas
poniendo a trabajar en mi compañía?, ¿Qué habría pasado si no vengo, seguiríamos
ahuyentando a los clientes con esta persona al frente de la operación?, ya
vamos a discutir personalmente lo que va a ocurrir aquí y las medidas a tomar,
ahora ve a comprarme agua, rápido”
Yo observaba todo aquello con
gran fascinación, me encantaba lo que estaba ocurriendo, y no dejaba pasar
detalle sin apuntar en mi bitácora y sin filmar con mi equipo, luego de
analizar lo visto anteriormente, me di cuenta que aquel ser era el legendario “Pendantosaurus
Empresarialis Furicundus”, algunos consideraban a esta criatura extinta, sin
embargo al ver el enrojecimiento de sus orejas al tratar con la “Chambrosis
Bovinus Babosilentus”, y ver como desataba su ira sin medir consecuencias, y
como al vociferar llenaba de saliva a su interlocutor, supe sin dudarlo, que se
trataba de este ser de la era jurásica.
Lástima que el seso hueco de
Morrotostado, se haya perdido toda la acción, da igual, solo espero que algún día,
muy lejano tendrá que ser, cuando al fin su cerebro se haya dado cuenta que
pertenece a un humano y haya decidido salir de su letargo para ponerse a
pensar, corra con la suerte de tener al alcance todo este caudal de información
que hoy por hoy, pongo por escrito en mis estudios, con el fin de que futuros biólogos
se formen en esta ciencia, más asombrosa que Carl Sagan y todos sus estudios
del universo, estos son los conocimientos que únicamente se habrán de adquirir
en la jungla oficinistica, al estudiar la increíble fauna autóctona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario