Si bien es cierto que muchos de nosotros a
veces creemos que nos las sabemos todas, resulta que hay ciertas cosas que son
tan obvias que las obviamos (valga la redundancia), por ejemplo que a aquellas
personas que están inscritas en una institución educativa, ya sea una escuela,
un colegio de educación media o una universidad se les llame estudiantes, lo
irónico del caso es que muchos de estos estudiantes lo menos que hacen es
estudiar, de hecho, tan solo la actividad de leer les resulta fatigosa, cansada
y molesta, siempre y cuando no sea una novela erótica bastante absurda y que
esté de moda en todo el mundo, es la realidad.
Bueno entiendo que eso pase con los niños de
primaria, aquellos que mal influenciados por sus propios maestros muchas veces;
“ojo, no en todos los casos pero si en la gran mayoría;” ven el estudio como
una especie de castigo por portarse mal. Es cierto, recuerdo yo por ejemplo a
mi maestra del tercer grado de primaria, una señora que marco para siempre mi
vida con toda clase de traumas de hecho ella me sometió a bullying, la famosa
palabra que significa acoso pero que la pronunciamos de la otra forma para
sonar sofisticados, pues eso lo sufrí
con ella por todo el año lectivo, pues la muy señora profesora tenía un método
infalible para lograr que sus alumnos mantuvieran el orden en clase por lo
menos mientras ella estaba presente: “Al
que haga una bulla mas, lo pongo a que me copie en el cuaderno el significado
de cincuenta palabras del diccionario”; y le funcionaba, le funcionaba en
serio, recuerdo a mis colegas y a mí que ipso facto abandonábamos la conversación
que estábamos teniendo sobre el episodio del día anterior sobre como Oliver
Atom había desafiado a Benji por temor a tener que usar el diccionario, le
teníamos más miedo al diccionario que a la propia regla con que nos pegaban.
Recuerdo también a mi madre por ejemplo,
obviamente ella mal influenciada también por los consejos que le daban en la
escuela, es verdad, era la influencia que recibía, pues recuerdo cuando ella me
decía: “Bueno, como hoy te portaste mal
en la escuela, de castigo vas a hacer las tareas y cuando acabes te vas a poner
a estudiar el tema y me lo vas a decir”; o sea que estudiar era en realidad
un castigo, leer era peor que recibir dos fajazos, siempre y cuando no fueran
los fajazos de mi padre.
¡Ah, los
fajazos de mi padre!, si es que eran algo para recrearse, en verdad los
“azotes” que nos daba mi padre con la faja eran más bien algo así como la
cúspide de los castigos, eran excelsos, era aquel fajazo que te lo daban en la
pierna pero lo sentías que se esparcía por el cuerpo hasta la boca del estomago
como la estocada de una espada japonesa, era de esos fajazos que te hacían
retorcer, como cuando le pones sal a una babosa o como las larvas de los
zancudos en las pilas, así eran los fajazos de mi padre, recuerdo que se los
daban a mi hermano y el dolor se me transmitía y lo sentía en mi propia carne.
De hecho las fajeadas de mi padre eran tan famosas que en el barrio nos conocían
como los reyes del break dance, claro después de recibir el zarpazo dábamos
vueltas por el suelo como un helicóptero a velocidades increíbles.
Pero
bueno, entenderá entonces el lector la razón por la cual siempre preferí
recibir el castigo del diccionario o de hacer doble tarea, ahora bien, el punto
en cuestión es que ya desde la escuela nos transmitían la idea de que el
estudio es castigo, una obligación maldita que debemos cumplir para poder
ganarnos el salario mínimo en la vida, ahora entiendo yo que al hondureño por
naturaleza le fastidie leer.
Pero si hay algo que no me explico yo es esto,
si tanto les fastidia leer a algunas personas, ¿Por qué carajo entran a la
universidad? Entiendo que el colegio pues, es obligatorio, mi padre me decía: “Si no vas al colegio te meto al ejercito
pero aquí vagos no voy a tener”; y le entendía, a nadie le hace gracia
tener un parásito comiéndose tu comida y pidiéndote dinero todos los sábados
para ir a buscar problemas por allí y por allá, también sabía que en el
ejército no iba a leer pero me iban a patear a diario como en las maras, así
que preferí estudiar,
Ahora bien, en la universidad no entras porque
tu padre te obliga, sino porque se supone que ya has aprendido el valor del
estudio y dices: “bien, voy a apartar de
mis siete mil seiscientos lempiras de salario dos mil quinientos para estudiar
en la universidad”, pero resulta que luego de una semana se te acaba la
emoción inicial y ya al carajo todo “que
a mí eso de estudiar me choca, además aquellos manes parecen ser inteligentes,
ya sé, me voy a unir a su grupo, así ellos estudian, hacen tareas, exponen y a mí
me dan los puntos”; si, gran plan, pero claro a tus compañeros no les hace
tanta gracia como a ti tu viveza, si de mí dependiera te ordenaría una fajeada
de mi padre bien dada y una temporada en el ejercito.
Pero bien, cabe destacar que corro con la
suerte de no haber tenido que tratar con nadie que quepa en esta descripción
aunque si conozco a quienes les toca sufrir tal mal.
Es una realidad, triste pero realidad al fin y
al cabo, muy pocas personas estudian por el mero disfrute de aprender, de hecho
aprendemos solo para poder pasar un examen y luego olvidamos todo por el simple
hecho de que no nos entretiene, la gente dice que no le gusta leer, pero pasan
leyendo mensajes en el whatssap día y noche, y seguimos inculcando en nuestros
hijos esa pereza mental que hace del aprendizaje un castigo y les enseñamos a
tener ese amor por la ignorancia, esa ignorancia que no nos permite darle paso
al progreso, bueno ya para finalizar esta disertación, solo quiero decir que si
al leer esto te has sentido identificado conmigo en mi indignación por la falta
de interés en el aprendizaje, felicidades, deberemos seguir aguantando esta situación
probablemente el resto de nuestras vidas, si en cambio eres de esos que con
cada acto de su vida demuestran que el aprendizaje es más bien un castigo
desagradable y fastidioso, pues solo puedo decirte, algo: “En cuanto te agarre te receto una de las fajeadas de mi padre y te meto
al ejercito porque aquí vagos no quiero tener”.
Hahaha, si nadie leyo esto fue por que les da pereza "leer" algo instructivo para la mente, si queres que esta excelente entrada sea leida, mandala como cadena y agregale: si no reenvias esta cadena a 10 contactos te despertaras en el ejercito. Y veras como se expande
ResponderEliminarNo es mala idea, :D
ResponderEliminarMuy buena entrada, me ha dejado reflexionando.
ResponderEliminarTe felicito por tu blog, cuando tengas tiempo podrías pasarte por el mio... http://librospuenteaotrosmundos.blogspot.in
Un saludo!